“El silencio de estos patios a ningún otro silencio se parece. No es un remanso del ruido de la ciudad, como los lugares silenciosos de otras ciudades, porque en ésta, en Toledo, no suele haber ruido. El silencio de los conventos es un remanso del ruido del tiempo, del ruido de la Historia. Por lo tanto, un silencio universal. Allí ni pasa ni ha pasado nunca nada que tenga que ver con el fluir agitado de la vida. Y, sin embargo, tampoco es un silencio mortal, sino de una vida alada y supraterrena, algo como el eco de cosas que alguien dice y que se acaban de oír.” Gregorio Marañón. Elogio y nostalgia de Toledo.