Palacio Episcopal
Al norte de la basílica y separado de ella por un espacio abierto de contornos irregulares al que se accede por un pórtico, se extiende un edificio de grandes dimensiones y estructura monumental, que se interpreta como el Palacio Episcopal.
El Palacio Episcopal es parte del complejo arquitectónico visigodo construido “ex novo” en la parte alta de la ciudad y, como la iglesia, sigue una planificación previa que afecta a todo el conjunto.
El Palacio está constituido por varias estancias que se comunican entre sí, configurando una especie de “L”. El eje principal está formado por una gran sala rectangular dispuesta de norte a sur, y dividida en su centro por una fila de columnas cuya base está tallada en la roca, con contrafuertes adosados a los muros; se trata probablemente del aula de representación episcopal, que a pesar de hallarse hoy muy expoliada puede restituirse por la improntas talladas en la roca.
Este edificio tiene una estrecha relación cronológica y urbanística con la basílica, con la que forma un conjunto arquitectónico planificado unitariamente.