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Necrópolis Ibérica y Romana

Al pie de la ladera septentrional se ha excavado parte de una necrópolis ibérica y romana, a la que pertenecen cuatro monumentos escalonados, tres construidos con sillares bien escuadrados y uno con adobes, que datan entre fines del siglo II a C y mediados de la centuria siguiente.

En el "loculus" del último de estos monumentos escalonados se encontró, como urna cineraria, una crátera con un motivo figurado en cada una de sus caras. En una de ellas aparecía un ave de alas explayadas con la cabeza vuelta hacia una adormidera y un ciervo pastando, motivo relativamente frecuente en la zona del Tolmo. 

Estas necrópolis conforman un paisaje funerario vinculado a los ejes de comunicación, sin aparente solución de continuidad con los espacios funerarios anteriores que sugieren incluso la existencia de áreas suburbiales vinculadas a los pequeños cerros aledaños, con al menos un posible edificio de culto funerario en el vecino cerro del Lagarto.