Iglesia de San Cipriano de Toledo
La iglesia de San Cipriano se cita en 1125 como parroquia latina, pero lo único que hoy se conserva de época medieval es la torre, debido a que a comienzos del siglo XVII el edificio fue totalmente reconstruido por el canónigo y protonotario apostólico D. Carlos Venero Leyva. Estas obras se realizaron entre 1612 y 1613, siguiendo condiciones y trazas de Juan Bautista Monegro.
Las obras de reconstrucción consistieron en alargar la capilla mayor, añadiendo a sus lados dos aposentos a la manera de sacristías. También se abrieron dos capillas al comienzo de la nave, a modo de crucero.
En 1702 se cubrió la nave con un cielo raso de albañilería, con decoración de yeso. Esta reforma es habitual para cuando las techumbres de madera se encuentran en mal estado.
También por estos años, en 1708, se reconstruyó la torre, aunque respetando, en este caso, la estructura original. Sigue el modelo más antiguo dentro de la tipología de torres mudéjares toledanas, caracterizado por la construcción de paramentos lisos de mampostería encintada y un cuerpo superior en ladrillo, destinado a campanario. En el interior se mantiene la estructura de planta cuadrada con machón central, rodeado por las escaleras de acceso; disposición que deriva también de los alminares y que es habitual en las torres mudéjares.
Iglesia de San Cipriano de Toledo
Iglesia de San Cipriano de Toledo