Castillo de Sayatón Anguix

El castillo de Sayatón Anguix está situado en lo alto de la Peña de Anguix, junto al embarse de Bolarque a orillas del río Tajo, siendo del tipo de los llamados castillos-roqueros.

Abd-al-Rahman III ya nombra en sus crónicas la existencia de una fortaleza en Anguix. Fue mandado construir por Martín Ordóñez y su esposa Dª Sancha Martínez, a quienes Alfonso VIII en el siglo XII había donado la Peña junto con el término de Anguix, operación inscrita en la defensa de la línea del Tajo entre 1160 y 1170. Después Dª Sancha lo donó a la Orden de Calatrava.

En 1328, Alfonso XI de Castilla regaló Anguix a su montero Alfón Martínez, cuyo hijo se casó después con la familia Carrillo de Huete, que heredó el castillo. En 1464, Enrique IV de Castilla compró de nuevo el castillo y la aldea y los revende en 1484 a Íñigo López de Mendoza y Quiñones, segundo conde de Tendilla y primer marqués de Mondéjar. Durante la Guerra de Sucesión Castellana entre Juana e Isabel de Trastámara, sufrió numerosos daños que obligaron al conde de Tendilla a iniciar su reconstrucción.

Durante los siglo siguientes siguió en poder de los marqueses de Mondéjar y en 1710 fue dañado por las tropas austracistas durante la Guerra de Sucesión Española. En 1847 fue adquirido por un vecino de Brihuega, con quien se inicia un período de compraventa de la aldea y el castillo hasta la última venta en 2005.

Actualmente esta construcción conserva exteriormente los elementos principales. Nada queda de la época de su fundación, siendo su aspecto actual fruto de las reformas posteriores de los siglos XIV y XV. En estas reformas su planta paralepípeda pasa a ser pentagonal. Sus muros, de 1,5 a 2 mts. de espesor y cerca de 10 mts. de altura, están realizados en piedra de sillería habiéndose perdido sus almenas.

Exteriormente, su aspecto es robusto contribuyendo a ello los cuerpos cilíndricos que rematan cada ángulo.

La fortaleza es de reducidas proporciones debido al poco espacio disponible para su construcción, siendo la torre del Homenaje la parte más sobresaliente del edificio. En el muro sur se abre, a la altura del piso principal, una ventana de arco rebajado, sobre el que hubo una larga inscripción, actualmente desaparecida, y de la que quedan aún hoy restos en uno de los sillares superiores.