Tamborada de Hellín
La Tamborada de Hellín es una de las fiestas de carácter etnológico más señaladas de España. Inserta en una red donde el tambor forma parte consustancial de la Semana Santa en España, en concreto los focos de Aragón y Albacete-Murcia, tiene una serie de características que la hacen muy peculiar.
De origen incierto y diluido, se entiende de tradición muy antigua, pero la realidad constatada es que tiene su origen en el siglo XIX.
La Tamborada de Hellín se caracteriza por el toque intenso y continuado del tambor de forma simultánea y colectiva, en un amplio espacio público urbano, en el marco temporal/ritual de la Semana Santa y coincidiendo con los lugares de desarrollo de dicha celebración.
Esta práctica social cuenta con una participación multitudinaria en auge, que se caracteriza por su larga duración que se extiende a varios días y noches de forma ininterrumpida.
El tambor crea un paisaje sonoro, identitario, peculiar y singular. Los tambores están sujetos a una tipología autóctona, existiendo una artesanía local ligada a su manufactura y mantenimiento.
Se ejecutan diferentes toques y redobles dependiendo de los momentos y los grupos.
El acto de la Tamborada es también democrático y colectivo, destacando aquellos individuos que demuestran mayor habilidad en el toque.
La vestimenta de los participantes se caracteriza sobre todo por el color negro y rojo, mostrando un significado simbólico. La cabeza se puede cubrir con capuces y el cuerpo con túnica negra y pañuelo rojo al cuello. Las peñas se identifican en ocasiones a través de escudos diferentes en la túnica y de crucetas que sirven de guía al grupo entre la multitud.
Los practicantes de la Tamborada se pueden dividir en diferentes perfiles según su nivel de implicación y responsabilidad. Por un lado están los protagonistas que organizan y preparan a lo largo del año la celebración del ritual para asegurar su pervivencia. Están organizados en peñas, donde existen distintos grados de responsabilidad ejercida generalmente por cargos con diferente denominación.
Formando peñas o libremente, los tamborileros recorren las calles de Hellín, sobre todo las del casco histórico, redoblando sus tambores, generando un especial ambiente de hermandad y hospitalidad que se expresa en saludos y abrazos con gente a la que no se había visto en tiempo y reforzando lazos de amistad.
Por otra parte los tambores acompañan a los desfiles procesionales en momentos clave, como son la subida y bajada al Calvario y la procesión del Domingo de Resurrección.
La Fiesta es cambiante año a año donde se manifiestan pequeñas facetas que la hacen distinta a la del año anterior, generándose nuevos matices en los códigos y señales, es una manifestación sonora conjunta que hace de la Tamborada de Hellín uno de los fenómenos antropológicos más señalados del ciclo de fiestas de España.
En noviembre de 2018 la Tamborada de Hellín fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, con el título de "Las Tamboradas, repiques rituales de tambores". Esta declaración agrupa a un total de diecisiete localidades españolas de cinco comunidades autónomas diferentes, en las cuales se producen manifestaciones culturales similares, expresiones de un patrimonio vivo entendido como el conjunto de prácticas, saberes y técnicas transmitidas a través de generaciones que es necesario reconocer, proteger y difundir.
Tamborada de Hellín
Tamborada de Hellín