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Fotografía Aérea de El Ballestero (Albacete). Archivo Histórico Provincial de Albacete.

 

El 14 de mayo de 1984 se crea por primera vez en España el primer Fichero Informático Nacional del Catastro de Urbana, cuya información va a ser paralela a la de los documentos en papel, pero que marca un hito en la Historia del Catastro en España, al ser el primer paso dado para la informatización.

Lo primero en digitalizarse fue el Catastro de Rústica, que al mismo tiempo se va a renovar. En esta fase se van a delimitar los polígonos, que se numeran de forma correlativa y dentro de cada uno de ellos se numerarán correlativamente las parcelas catastrales, divididas a su vez en subparcelas según los cultivos de su interior. Todo esto se hizo siempre que se pudo sobre ortofotos, pero no sobre un levantamiento topográfico sobre el terreno, sino a través de la estructura del dominio público rellenada con parcelas.

Durante los años 90 del pasado siglo, la base de datos del Catastro Inmobiliario había crecido muchísimo, de tal modo que no sólo podría servir ya a su primigenio propósito fiscal, sino que podría convertirse en un gran sistema de información territorial, disponible para todas las Administraciones Públicas, fedatarios, empresas y ciudadanos. Así para satisfacer esta necesidad se acabaría promulgando las Ley 48/2002 Ley del Catastro Inmobiliario.

Y así llegamos al 2015, donde se va a producir una coordinación de la cartografía entre el Catastro y el Registro de la Propiedad, la diferencia entre ambos registros es la siguiente: mientras el Registro de la Propiedad tiene carácter voluntario, donde los datos recogidos son el nombre del titular y las cargas de un inmueble, mientras que el Catastro es un registro obligatorio, que localiza geográficamente los inmuebles con el objeto de fiscalizarlos.

Al ser el primero un registro voluntario, no permite poder cartografiar todo el territorio, por lo que se va a hacer en este momento, es brindar al Registro de la Propiedad la cartografía catastral, a fin de dar una mayor seguridad jurídica a los inmuebles, sabiendo donde están, de modo que no se permita inmatricular en el registro una finca sin su certificación catastral.

De este modo se va a logar en estos años una coordinación Catastro-Registro, que sin duda va favorecer la seguridad en el tráfico jurídico, ya que, a partir de ahora, con las inmatriculaciones de fincas en el Registro de la Propiedad, pueden asegurar que las fincas rústicas y urbanas existen y que su posición es la real, cosa que años atrás no era sí.

Con la llegada del Siglo XXI, los avances en las nuevas tecnologías, revolucionan la forma en la que se gestionan los datos catastrales. Los mapas en papel comenzaron a ser reemplazados por sistemas digitales más precisos y accesibles.

En las últimas décadas, los SIG han transformado por completo el catastro, permitiendo gestionar grandes cantidades de datos espaciales y realizar análisis complejos. Los SIG han hecho posible integrar información catastral con datos socioeconómicos y medioambientales para una mejor toma de decisiones.

Destacamos la implantación en España del SIGPAC: una plataforma de acceso público a través de la web,  que permite a los usuarios identificar de forma visual las parcelas agrícolas y sus usos en España. Este sistema combina información geográfica, como ortofotos aéreas, mapas catastrales y otros datos oficiales, para permitir a los ciudadanos una visualización clara y detallada de las parcelas