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Contrato realizado por Sebastiana Olivas con la Administración de Correos de Albacete para la realización del servicio de postas desde la Gineta a Pozo Cañada, con la obligación de mantener cinco caballos para la conducción de las valijas, sillas de postas y correos ordinarios y extraordinarios. Albacete. 24 de enero de 1830. Archivo Histórico Provincial de Albacete.

 

El mundo de la Economía y de la Empresa se ha considerado tradicionalmente cosa de hombres, y las mujeres siempre lo han tenido mucho más difícil que éstos para hacer negocios, al permanecer durante siglos subordinadas a sus maridos o padres desde un punto de vista jurídico, sin derecho a poder firmar contratos ni a pedir préstamos.

En cierto modo, la única excepción fue la de las viudas, que serán las únicas mujeres que en siglos pasados protagonizaron muchas historias como emprendedoras. Con ello se pretendía conservar el prestigio y poder de la empresa cuando el esposo fallecía. Las viudas fueron por tanto piezas fundamentales para mantener la unidad del capital de la empresa y garantizar su supervivencia.

Esta es la historia de Sebastiana Olivas, una mujer albaceteña que, en 1830 al quedarse viuda, se vio en la necesidad de hacerse empresaria para continuar con el negocio familiar que le proporcionase a ella y a su familia un medio de vida.