Puerto de Calatrava

El Puerto de Calatrava es un paso utilizado desde la antigüedad que cruza la provincia de Ciudad Real en dirección a los invernaderos de Andalucía. Se configura como un corredor que, en sentido norte sur, comunica los valles de los ríos Jabalón y Ojailén, pertenecientes a las cuencas hidrográficas del Guadiana y del Guadalquivir, atravesando la Sierra de Calatrava que discurre en sentido este-oeste, entre las estribaciones de la Mojina y la Morra quemada. La extensión ocupada por este espacio, objeto de la presente declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico, es de 248.442,42 has., ocupando parte de los términos municipales de Aldea del Rey, Calzada de Calatrava y Villanueva de San Carlos.

Alrededor del paso consta la existencia de un gran número de asentamientos humanos de diferentes épocas, que abarcan desde las primeras culturas paleolíticas hasta nuestros días y que se concreta en un total de 47 bienes en las diferentes categorías: arqueológicos, etnográficos, propios de la arqueología industrial, de carácter viario con valores históricos, y 3 inmuebles asociados a asentamientos arqueológicos declarados como Bienes de Interés Cultura (el Sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva y el castillo de Salvatierra y castillo de D. Alfonso o atalaya de Morra quemada).

Un breve repaso histórico de los hallazgos encontrados en las proximidades del puerto es el monumento funerario tumular de Bocapucheros, situado a 25 kms. al norte, que fue utilizado desde tiempos calcolíticos y en la Edad del Bronce, usando los picos que lo jalonan como marcadores astronómicos.

En época romana, este sería uno de los pasos que se utilizaba como tránsito entre la Meseta Sur y el Valle del río Guadalquivir, comunicando los asentamientos mineros dispersos por Sierra Morena y pertenecientes a los distritos de Alcudia, en la actual Ciudad Real, y el jienense de Linares-La Carolina.

Pero es sin duda en la Edad Media cuando este lugar adquiere verdadero protagonismo, correspondiendo con las fases de ocupación y reocupación, en las disputas por este territorio, entre los reinos cristianos y las dinastías andalusíes que hicieron que éste fuera objeto de atención principal por ambos bandos. En estos momentos son varios los núcleos fortificados que se habitan para controlar y vigilar el paso, siendo los castillos de Calatrava la Nueva y Salvatierra, situados uno frente al otro y erigidos como cabeza de la Orden Militar de Calatrava, los más relevantes, y rodeados de otros de menor entidad que aseguraban el control completo de las líneas de comunicación a ambos lados de la sierra.