La fortaleza de Alcalá del Júcar se levanta aprovechando un meandro del río Júcar, sobre una plataforma caliza de forma alargada, orientada de norte a sur. En ella aparecen dos recintos amurallados, uno exterior y otro interior y dentro del segundo se ubica el corazón del castillo, la Torre del Homenaje.

En su día, las crónicas recogen que poseía, además, una gran cisterna para la recogida de agua procedentes de las lluvias, dos mazmorras, dos molinos de mano, un puente levadizo y una mina tallada en la roca para coger el agua del río.