Se basa en el cuidado revestimiento de sus muros con mármoles de diferentes calidades y colores, cortados con placas o bien desarrollados motivos arquitectónicos como arquetas ciegas sobre columnas o nichos. La cúpula y las bóvedas están cubiertas por mosaicos, para los que se hizo venir a un equipo de artesanos venecianos, que supieron evocar un ambiente neobizantino por la abundancia de teselas doradas.