Convento de la Encarnación o Bernardas de Talavera de la Reina

El convento de la Encarnación o Bernardas fue fundado por Dª Teresa Saavedra, que lo llevó a cabo en 1610. En 1625 los albañiles Garci Fernández y Diego Esteban se encargaron de finalizar la obra de la iglesia siguiendo las trazas de fray Lorenzo de San Nicolás, que a su vez había sustituido al jesuita el padre Soler. En la iglesia fue enterrado el cardenal Gil de Albornoz.

El conjunto lo forman la iglesia y el convento que pertenecen al estilo barroco-mudéjar.

La iglesia consta de una sola nave, cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos entre formeros que continúan en pilastras. En el centro existe una cúpula de media naranja rebajada sobre pechinas. A los pies se encuentra el coro y bajo éste el sotocoro y el acceso al templo. El coro está situado sobre una bóveda similar a la de la nave. A la derecha de la cabecera de la iglesia está el acceso al capítulo y el sepulcro del cardenal D. Gil de Albornoz. El túmulo se compone de una piedra empotrada en fábrica con ménsulas de soporte rematado por venera. En el lado opuesto hay un púlpito sobre una columna de fundición.

La fachada de la iglesa es de un solo cuerpo rectangular, estando rematada por un frontón triangular de triple moldura con un óculo oval abierto en él. El eje central de esta fachada lo ocupa una portada con entablamento y hornacina superior, realizada en ladrillo aplantillado. También en el exterior, en la pared oeste del templo, aparecen dos arbotantes de ladrillo que vuelan sobre la calle hasta las casas próximas, solución repetida en la iglesia de Santiago de esa misma ciudad.

El claustro del convento está actualmente cegado y conserva empotradas en los muros parte de los pies derechos de piedra de orden jónico. Hacia primeros de siglo debió reformarse el piso alto, resolviendose con columnas de estilizado fuste en hierro fundido.