María Antonia Abad Fernández (1928-2013) nació en Campo de Criptana (Ciudad Real). Procedente del entorno radiofónico, cantante y actriz, fue destacada integrante del star system español. Tuvo también un importante periplo transatlántico, con estancia muy prolífica en Mexico (más de 15 títulos) y saltó a Hollywood donde trabajó a las órdenes de maestros como Samuel Fuller, Robert Aldrich o Anthony Mann, con el que estuvo casada. En Los Ángeles tuvo trato con personajes como Hitchcock, Elia Kazan o James Dean. De vuelta a España, El último cuplé (1957) marca el cénit de su fama y la orienta a papeles relacionados con el mundo de las variedades y el cuplé (La violetera, Mi último tango, Varietés). En 1975, trabaja en su última película comercial, dedicándose desde entonces a giras musicales e intervenciones teatrales y televisivas. Pedro Almodóvar le rinde tributo de admiración en La mala educación cuando el protagonista (Gael García Bernal) interpreta el bolero “Quizás, quizás, quizás”, evocando a Sara en Noches de Casablanca (1963).

Perteneciente a la generación de TVE, su despegue en el cine se produce en los 80 dentro de lo que se llamó La comedia madrileña. Pronto se orientó por los caminos de la fantasía y del humor negro con títulos como El bosque animado (1987), Amanece que no es poco (1988) o La marrana (1992).

Amanece que no es poco, íntegramente rodada en las sierras de su natal Albacete, se convirtió en una película de culto por su humor transgresor y sus descacharrantes personajes, situaciones y diálogos.

También ha recreado en su cine, con visión certera pero tierna, la guerra civil y la postguerra con títulos como La lengua de las mariposas y Los girasoles ciegos. En su último largometraje, Tiempo después, ha localizado buena parte de la acción en Toledo y otras localizaciones castellano-manchegos. Está en posesión de tres premios Goya: mejor película en 1988 y  mejor guión adaptado en 1999 y 2008.