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07 Julio 2021

El traslado del Museo de Albacete desde la antigua Casa de la Cultura (1) al edificio que el arquitecto Antonio Escario diseñó junto con los ingenieros Vidal y Vives, era el resultado del empeño de Samuel de los Santos, su director, por conseguir un gran centro museístico para la ciudad (2). El día 11 de noviembre de 1978 la nueva sede era inaugurada solemnemente, en ese acto la Reina Dña. Sofía comunicó la concesión de la Medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes al pintor Benjamín Palencia(3): era el broche final a la carrera del pintor con el agradecimiento que le hacía el Estado español por la donación de un alto número de obras para ser conservadas en el Museo de Albacete.

La trascendencia de ese gesto de generosidad fue importante para el patrimonio de la provincia, pues dio un vuelco a las previsiones que el museo tenía en la exhibición de obras relacionadas con las bellas artes, pasando de una discretísima colección de cuadros de gran formato ejecutadas mayoritariamente en el siglo XIX, a una nueva orientación hacia el arte contemporáneo. La donación, además, inauguró la estrecha vinculación de los artistas de Albacete con el museo, con resultado del crecimiento de sus colecciones mediante nuevas donaciones, posibilitando que además de las salas dedicadas a Palencia, hubiera otra con las obras de los artistas más consagrados de la provincia.

En 40 años, los transcurridos desde el fallecimiento del pintor, han ocurrido muchas cosas en las artes plásticas de la ciudad y de la provincia de Albacete, y en general en sus dinámicas culturales (4). Jóvenes pintores y escultores de antaño hoy son ya los veteranos, algunos nos han abandonado, y nuevas generaciones irrumpen con nuevas propuestas. Se han abierto y cerrado salas de exposiciones en la capital, siempre insuficientes para una ciudad de tamaño medio (1), que solo cuenta con cuatro espacios públicos para la presentación de exposiciones temporales (2), y donde el mercado del arte se sitúa en unos límites excesivamente bajos, de ahí que la supervivencia de galerías privadas sea muy difícil.  

 

La donación de Benjamín Palencia al Museo de Albacete 

Era el 12 de noviembre de 1976 cuando en el programa Gente de TVE el periodista Tico Medina entrevistó a Benjamín Palencia, quien hizo pública su intención de legar al Museo de Albacete una colección de cuadros pintados por él. Con esa misma fecha Samuel de los Santos escribía al Comisario Nacional de Museos y Extensión Cultural, por entonces Manuel Jorge Aragoneses, comunicándole la noticia: la donación de 40 cuadros y 50 dibujos. El anuncio generó el interés del Ministerio de Educación y Ciencia, que titulaba y gestionaba al museo, así lo comunicó el Presidente del Consejo Superior de Cultura y Bellas Artes -el catedrático de Historia Moderna Joaquín Pérez Villanueva- en escrito dirigido al director del Museo de Albacete: “… voy a ponerme en contacto con él para ver cómo se encuentra su ánimo a la hora de tomar decisiones. Lo haré con el tacto necesario que la calidad de la persona requiere. No dejaré de comunicarte cualquier novedad que tenga sobre el particular”. 
Como fruto de las conversaciones iniciadas, el día 6 de julio de 1977 Palencia entregó a la Casa Macarrón S. A., con sede en Madrid, 30 obras en cuya acta se explicita “para su limpieza y restauración. Posteriormente serán entregados al Museo Provincial de Albacete”, dos días después el galerista de Barcelona Ignacio de Lassaletta, amigo de Palencia, comunicó el depósito a Samuel de los Santos. Macarrón era una importante empresa dedicada al suministro de material de trabajo para los artistas, tenía una sección relacionada con la restauración, realizaba montajes de exposiciones y museos (ejecutaron la primera museografía del Museo de Albacete entre otros), enmarcaba cuadros, y tuvo una sala de exposiciones en la que Benjamín Palencia mostró su obra en el año 1943. Era pues un sitio de referencia y confianza del pintor, con quien existía una larga amistad familiar

El acta de donación se firmó el 14 de julio de 1977 entre Palencia y Antonio Lago Carballo, que era el nuevo Director General del Patrimonio Artístico y Cultural. Entre las condiciones la cláusula 2ª señala que las obras “serán instaladas en el referido Museo de Albacete, no pudiendo ser trasladadas con carácter permanente a otro centro ni población”, y la 5ª “la sección de Bellas Artes del Museo de dicha ciudad se denominará “Sección de Bellas Artes Benjamín Palencia” (fig. 1). La prensa local se hizo eco del acontecimiento el 13 de septiembre de 1977, La Voz de Albacete y La Verdad publicaron en titulares la firma del acta: cuarenta óleos y cincuenta y dos dibujos. El 20 de noviembre de 1977 el Ministerio, de oficio, comunicó al Museo de Albacete la Resolución por la que se acepta la donación, un documento administrativo mediante el cual las obras entregadas por Palencia pasaron a ser bienes artísticos de dominio público, inembargables e inalienables. Las obras las entregó Macarrón al Museo de Albacete el 12 de septiembre de 1978. El día 20 de ese mes y año, Palencia y Samuel de los Santos firmaron el Acta de donación complementaria con el añadido de otras 25 obras desglosadas en 22 óleos y 3 dibujos (figura 1).


 

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Figura 1. Actas de donación, izquierda: página 4 y final del documento de 17/07/1977, firmas autógrafas de Antonio Lago Carballo y de Benjamín Palencia. Derecha: acta complementaria firmada por Benjamín Palencia y Samuel de los Santos (Archivo del Museo de Albacete).

 

En las dos actas de donación están relacionadas un total de 117 obras, aunque el número final fue algo mayor al estar algunas pintadas o dibujadas en anverso y reverso: 11 dibujos a lápiz o tintas y 3 óleos. Dos óleos fueron documentados al proceder a la intervención realizada por Juan Ruiz (restaurador del Ministerio de Cultura): el Retrato de Ingeniero  que hizo a López Egóñez, hacia 1919-1920 (fig. 2, 3), y Dos figuras influenciadas por Picasso, con firma y fecha de 1934. Otra pintura y los dibujos quedaron visibles gracias a la doble estructura de los marcos realizados por Macarrón.  Las obras ejecutadas por ambas caras son las siguientes:

 

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El día 11 de noviembre Benjamín Palencia recibió a la Reina Dña. Sofía a pie de calle del Museo (fig. 2, 1). Sus cuadros ocuparon las tres salas que habían sido diseñadas para exponer obras de pintura y escultura, en un montaje que fue supervisado por él mismo (fig. 2, 2) y en el que estaban incluidas la totalidad de las obras donadas, además de las esculturas que también donó: la Mujer sentada de Rebull, en mármol negro, y la cabeza en bronce de Benjamín Palencia realizada por el murciano González Moreno. 


 

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Figura 2. 1, Benjamín Palencia recibe a la reina a su llegada al Museo de Albacete, 11/11/1978 (fotografía Tecnifoto, detalle). 2, Museo de Albacete, Benjamín Palencia ante Niño sentado de 1952 y Autorretrato de 1942 (fotografía Samuel de los Santos). 3, proceso de restauración de Desnudo de las lilas y descubrimiento del Retrato de ingeniero (fotografía Juan Ruiz) (Archivo del Museo de Albacete).

 

Los "Palencias" del Museo de Albacete. Una antología de su obra 

Las obras donadas están fechadas entre 1915 y 1978, reflejando la larga trayectoria artística de quien vivió los más importantes momentos de la pintura española del siglo XX, haciéndolos suyos a lo largo de distintas etapas que reflejan una personalidad compleja, plena de curiosidades y de descubrimientos personales que le hicieron participar en las más diversas tendencias y modas del arte, son un excelente reflejo del quehacer artístico de quien desde su Barrax natal quedó impresionado por la gran ciudad de Madrid, por sus círculos intelectuales en los que se adentró de la mano de Rafael López Egoñez, y por la figura de Juan Ramón Jiménez; por los viajes a París, a Italia y a Nueva York; por haber sido partícipe de experiencias tan intensas como la del teatro de La Barraca y del grupo que se movía en su entorno (7). Pero después Palencia abandonó la experiencia de vanguardia, volvió el rostro hacia una figuración que encajaba mejor con los planteamientos ideológicos del nuevo régimen surgido en 1939.

En la colección del Museo de Albacete hay obras datadas entre 1915 y 1924, cuando Palencia inició un fructífero periodo durante el cual comenzó a formarse, visitando el Museo del Prado para aprender de los clásicos de la pintura española (fig. 3), pero también de las nuevas aportaciones desarrolladas a partir del impresionismo, donde la luz y el color son los constructores de los cuadros. El legado comprende dibujos a lápiz, pasteles, acuarelas y óleos que constituyen un conjunto de gran sensibilidad, con dominio de colores fríos.

 

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Figura 3. Sala 11 del Museo de Albacete: relación entre algunas obras de Benjamín Palencia (Hombre, La Celestina, y Dos toreros) y las referencias a obras del Museo del Prado.

 

De los años comprendidos entre 1925, en que presentó el Bodegón cubista en la exposición organizada por la Asociación de Artistas Ibéricos, y 1936, otra parte del legado muestra la inmersión en las vanguardias, con referencias muy distintas como las cubistas, y sobre todo las surrealistas de su etapa en la Escuela de Vallecas que creó junto con Alberto Sánchez. El resultado de ese tiempo es el de un peculiar e interesante eclecticismo. De los años de guerra, cuando se recluyó en el domicilio de la madrileña calle de Sagasta nº 19, dejó al Museo de Albacete un pequeño y extraordinario dibujo a tinta titulado Los desastres de la guerra, fechado en 1936.

Entre 1940 y 1951 Benjamín Palencia redefinió sus intereses pictóricos. Volvió a la Escuela de Vallecas rodeado de jóvenes pintores, pero desencantó pues había abandonado toda la experiencia vanguardista, había vuelto los ojos hacia el realismo figurativo con imágenes que giran en torno a hombres y niños de Vallecas, insertos en paisajes como telón de fondo. Algunas de esas acuarelas forman parte de la donación junto a lienzos que muestran su interés por las figuras de gran formato, los interiores, los paisajes urbanos de Toledo. En esos años inició un giro en su mirada hacia el paisaje de campos abiertos y amplios horizontes, con uno de ellos (paisaje de San Juan de la Nava (Ávila) conservado en el Instituto de Cooperación Americana) recibió en 1951 recibió la medalla de oro en la I Bienal Hispanoamericana de Arte, que marca el fin de una época y el comienzo de otra. Entre 1952 y 1978 sus paisajes fueron derivando hacia una progresiva simplificación de las formas, retomó el gusto de una paleta en la que cobran protagonismo los colores primarios, recuerdo de su incursión en el fauvismo, en sus composiciones al óleo las figuras son anecdóticas, pequeños seres de trazos rápidos que parecen pulular por los caminos. Y siguió dibujando incansablemente.

 

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Figura 4. Gráficos con los porcentajes de obras donadas al Museo de Albacete (izquierda) y de los temas representados (derecha).

 

El Museo de Albacete conserva un documento sonoro con las conversaciones entre Samuel de los Santos y Benjamín Palencia quien, sin recato alguno empodera su pintura y ofrece algunas notas para conocer el trasfondo en el que se ejecutaron algunos de los lienzos o dibujos, y puntualmente se refiere a sus técnicas (8). Si hubiésemos de resumir éstas destacaríamos dos aspectos: el empleo de técnicas mixtas especialmente en sus obras surrealistas que le abrieron nuevos campos de experimentación, y la poca preparación de los soportes (de los lienzos) lo que ha derivado en superficies craqueladas o cuarteadas. Sirvan algunos ejemplos. En el cuadro de La Celestina se percibe el contraste entre los fondos ejecutados con pinceles poco empastados, que dejan ver la trama del lienzo, y los toques de luz muy gruesos con los que resalta calidades como las del calzado (fig. 5 A). En el informe de restauración del lienzo, realizado por P. Carlavilla, se cita expresamente “Ligeras craqueladuras en el fondo, con falta de adhesión al soporte”. Es también el caso de los Almendros en flor (1927), el informe de Mª F. Pascual precisa igualmente que “Sufre craqueladuras profundas con falta de adhesividad al soporte en diferentes zonas” (figura 5, C). En el surrealista Retrato de Alberto utilizó técnicas mixtas: además de las pinturas con gruesas cantidades de materia incorporó tierras, hojas naturales y plumas adheridas al lienzo, el conjunto es de gran calidad en todos sus aspectos, compositivos, estéticos y técnicos (fig. 5 B).

Otro de los cuadros en los que se ha observado una inadecuada preparación previa del lienzo o del soporte es La estación del Norte.  En el año 2007 el Museo de Albacete, entonces bajo la dirección de Blanca Gamo, encargó analíticas a la empresa Larco Química y Arte SL, con sede en Madrid. El informe resultante Análisis químico de la pintura del óleo sobre lienzo titulado “Estación del Norte 1918” fue realizado por Dr. Enrique Parra Crego que aplicó diversas técnicas que permitieron conocer distintos aspectos de la obra: microscopía óptica por reflexión y por transmisión mostró la superposición de las capas pictóricas y de los pigmentos, de aglutinantes y barnices empleados (fig. 5 D). La espectroscopia IR por transformada de Fourier informó sobre las preparaciones y barnices utilizados. La microscopía electrónica de barrido/análisis elemental evidenció la naturaleza de los pigmentos. Y la cromatografía en fase gaseosa la detección de aceites secantes, resinas y ceras, gomas, etc. Todo ello tuvo como resultado saber que la preparación del cuadro es industrial, es decir, que Palencia no realizó ninguna intervención previa o complementaria en el lienzo; que el azul claro del muro muestra una primera capa de preparación sobre la que se superponen otras capas pictóricas; que la muestra tomada en el rojo del vagón carece de preparación, como tampoco la tiene el marrón del pantalón del hombre si bien indica el Dr. Parra “debido al gran grosor de la  pintura no siempre el bisturí de toma de muestra ha conseguido penetrar hasta el lienzo”; que los colores son óleos al aceite de nueces, todos de una misma marca; y que utilizó pigmentos característicos desde la segunda mitad del s. XIX hasta 1920 aproximadamente, lo que coincide plenamente con la fecha de firma (9) 

 

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Figura 5: A) detalle de La Celestina (fotografía Pilar Carlavilla). B) detalle del Retrato de Alberto (fotografía Mª Fernanda Pascual). C) Craquelados en el cuadro Altea, almendros en flor (fotografía Mª Fernanda Pascual). D) Microfotografía obtenida en La estación del Norte realizada con luz reflejada a 300 X y con nícoles cruzados (fotografía e informe de E. Parra Crego) (Archivo del Museo de Albacete).

 

Otras Donaciones

La colección de obras de Benjamín Palencia se ha visto enriquecida con dos donaciones recientes. Una es un óleo que poseía la familia Jarillo, de Talavera de la Reina, que hizo oferta con fecha de 18-09-2015 “al Museo de Albacete con carácter irrevocable, sin perjuicio de lo establecido en las normas imperativas civiles vigentes que regulan la revocación de donaciones”. Se trata del retrato de Margarita Jarillo González que trabajaba en Villar del Pedroso (Cáceres), lugar frecuentado por Benjamín Palencia quien la debió pintar entre 1926-1928. Pasó a formar parte de las colecciones del Museo de Albacete por Resolución de aceptación de donación de la Consejería de Educación,Cultura y Deportes de 9-01-2016 (nº de expte. 15/382). La segunda es un pequeño dibujo surrealista realizado en tinta china sobre papel, que entronca con las series de figuras de 1933-1934 que ya posee el museo. Fue adquirido en el mercado de arte de Albacete por la Asociación de Amigos del Museo de Albacete, la donación fue aceptada Resolución de aceptación de donación de la Comunidad Autónoma con fecha de 25-0-de 2016 (nº de expte.: 16/006).

Entre otras donaciones realizadas al Museo de Albacete están las 16 obras de Orlando Pelayo legadas en su testamento a Castilla-La Mancha para su conservación en el museo, su recepción fue firmada en 31-08-1986; las 30 acuarelas de Rafael Requena aceptadas con fecha de 10-09-2002 (fig. 6 A); las 40 obras de Miguel Barnés (Orden del 2-05-2012 por la que se acepta la donación); o las 30 de Alfonso Quijada donadas por su familia en 2014 (Resolución de aceptación de donación de piezas, nº expte.13/297, de 14-01). Todas, y otras (10), están tramitadas según las leyes vigentes que afectan al Patrimonio Cultural y a los Museos, lo que conlleva que, en estos casos, los bienes donados pasen a formar parte de los fondos del Museo de Albacete donde se les dio número de inventario para que, a su vez, consten en el Inventario General de la Comunidad Autónoma de la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas. Es garantía de lo público.

 

 1.- Compartían edificio en la calle Isaac Peral el Museo, la Biblioteca Pública del Estado y el Archivo Histórico Provincial.

2.- Sobre la arquitectura del Museo de Albacete ver el artículo de Cageao Santacruz, V. M., 2018, “Una arquitectura para un museo. Reflexiones al cumplirse 40 años de la inauguración del edificio del Museo de Albacete”, 40 años de museos en democracia: el Museo de Albacete, Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses: 53-74.

3.- Jaén Sánchez, P. J., 2009, “Conversaciones con Benjamín Palencia”, Al-Basit nº 53, 79-114: 82. 

 4.-Sanz Gamo, R., 2003, “La cultura”, en XXV años de historia social y económica en Albacete. 1977-2002, A. Selva Iniesta (Coord.), Albacete, IEA-FEDA, 411-457. 

5.-  171.107 habitantes según la página web del Ayuntamiento capitalino en 2020, según el INE el 1 de enero de 2019 era de 173 329, lo que indica un preocupante descenso.

6.-  Además del Museo de Albacete, el claustro de La Asunción (Diputación), la 1ª planta del antiguo Ayuntamiento nombrado como Museo Municipal (Ayuntamiento), y la pequeña sala de la Casa Perona (JCCM).

7.-Una visión reciente de su paso por las vanguardias en Esteban Leal, P., 2014, “Benjamín Palencia, avanzado de la modernidad”, Benjamín Palencia y la pintura de su tiempo en Albacete (1909-1978), dirección científica P. Clemente López y R. Sanz Gamo, Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses - Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 29-37.

8.-Jaén Sánchez, P. J., 2009, “Conversaciones con Benjamín Palencia”, Al-Basit nº 53, pp. 79-14: página 106.

9.-El documento completo se encuentra en el Archivo digital del Museo de Albacete. 

10.-Por ejemplo, de obras de García-Saúco, de Ramiro Undabeytia, Cirilo Martínez Novillo, etc.

 

Autora: Rubí Sanz Gamo, directora del Museo de Albacete

 

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