"Sobre ruedas": nueva exposición temporal en el AHPTO
El automóvil es, quizá, uno de los símbolos del siglo XX. Pocos inventos han cambiado tanto la vida de las personas, que dejaron de depender de la tracción animal, lenta y cara, disfrutando en su lugar de vehículos que se movían solos (esto significa la palabra “auto-móvil”) y que rápidamente abarataron tanto su coste de fabricación como de mantenimiento. Además, eran notablemente más rápidos y estables que el mejor de los caballos.
Los tiempos de viaje se redujeron, los contactos de todo tipo se intensificaron y el horizonte vital de las personas se amplió de forma asombrosa. El nuevo artilugio, sin embargo, necesitaba apoyo. No comía heno ni hierba, pero sí consumía gasolina, que era necesario acercar hasta sus propietarios. Y, sobre todo, para que pudiera desarrollar todo su potencial, necesitaba suelos estables y suaves.
Así, los viejos caminos, mantenidos por los ayuntamientos, pronto fueron reemplazados, de manera gradual, por flamantes carreteras asfaltadas, construidas y planificadas por el Estado. Las técnicas de ingeniería viaria permitieron incluso aumentar la red de carreteras y hacerlas pasar por montañas y ríos hasta entonces infranqueables. Era la conquista del territorio.
Para presentar estas ideas, la exposición se divide en dos partes. Por un lado, los coches, empezando por el primero matriculado en Toledo el año 1906 hasta el primer remolque registrado cincuenta años después. En esta parte la exposición nos presenta no solo el rastro documental de la compra y venta de automóviles, incluyendo los correspondientes impuestos, sino también algunas de las actividades que surgieron a su alrededor, como las autoescuelas y los taxis, así como los peligros que trajo consigo: multas y accidentes.
La segunda parte se dedica a las carreteras, desde los caminos hechos con “macadán” a finales del siglo XIX hasta la autovía que sirvió para unir Toledo con el nuevo Polígono Industrial.
La popularidad de los automóviles impulsó la ampliación y mejora extraordinaria de estas carreteras, con algunas construcciones muy destacables, como la carretera de Talavera de la Reina a Ávila, realizada hacia 1886, o el “Puente de Hierro”, también en la Ciudad de la Cerámica, al que se dedica una vitrina especial. Además, deben destacarse las abundantes fotografías, fechadas desde principios del siglo XX, algunas de ellas inéditas hasta la fecha, que no solo nos acercan directamente la imagen de las carreteras y los coches en los últimos cien años, sino que también nos muestran como estos últimos constituían un auténtico objeto de admiración y de lujo para los toledanos, que se retratan con ellos como con su más preciada posesión. La exposición ha contado con la colaboración de la empresa automovilística Motor Pacífico Toledo.