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Pocos lugares registran huellas y huesos al mismo tiempo, con la misma abundancia y en las mismas capas, como sucede en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca). Las icnitas (huellas) aportan una evidencia interesante en tanto que su presencia permite entender mejor las condiciones ambientales bajo las cuales el animal pisó, así como las capacidades locomotoras de éste. Además, las huellas se encuentran en el mismo lugar donde se formaron y, en el caso de Las Hoyas, nos hablan directamente del paso de ciertos vertebrados por las ciénagas cubiertas por tapetes microbianos.

 

Investigadores trabajando en las excavaciones del yacimiento de Las Hoyas durante la campaña de verano de 2021, realizando las mediciones de un rastro de icnitas. 
Investigadores trabajando en las excavaciones del yacimiento de Las Hoyas durante la campaña de verano de 2021, realizando las mediciones de un rastro de icnitas. 


La localización estratigráfica de las icnitas y su preservación son importantes para entender la dinámica del ecosistema de Las Hoyas. Por ejemplo, ahora sabemos que, a medida que el ecosistema iba cambiando y las charcas iban desecándose, el número de huellas que encontramos se incrementa notablemente hacia el techo de la secuencia estratigráfica y, por tanto, indica a su vez un mayor tránsito de animales. También sabemos que cruzaron por el cenagal grandes dinosaurios, incluso mayores en talla que Concavenator corcovatus. Tal vez, estos dinosaurios cruzaron durante los cambios de estación, cuando los tapetes microbianos estaban deshaciéndose y las charcas tenían menos agua, donde a su vez se acumulaban los cientos de peces que también dejaron sus huellas. Sin embargo, sí se encontró en una de las cuadrículas del yacimiento, llamada cata Amarilla, un rastro que por sus dimensiones, quizá, podría haber dejado Concavenator. Por el tamaño y la distancia entre las huellas (aproximadamente 150 cm de media), se dedujo que éstas pertenecen a un dinosaurio terópodo que muy probablemente atravesó la zona trotando. Aunque, debido a que se trata de un rastro formado por cuatro icnitas superficiales, de las cuales la preservación de dos de ellas no es precisamente excepcional, si fue realmente el cazador jorobado de Cuenca el autor de estas huellas o no todavía queda en duda.

 

A la izquierda, rastro encontrado en cata Amarilla (arriba) y su representación esquematizada (abajo), en el cual pueden observarse cuatro icnitas producidas por un dinosaurio terópodo. A la derecha, Concavenator corcovatus, uno de los posibles productores del rastro. Esquema de las huellas procedente de Moratalla et al. 2017. Ilustración: Oscar Sanisidro.
A la izquierda, rastro encontrado en cata Amarilla (arriba) y su representación esquematizada (abajo), en el cual pueden observarse cuatro icnitas producidas por un dinosaurio terópodo. A la derecha, Concavenator corcovatus, uno de los posibles productores del rastro. Esquema de las huellas procedente de Moratalla et al. 2017. Ilustración: Oscar Sanisidro.

 

Una zona concreta del yacimiento, que es particularmente interesante en el registro de icnitas, es la cuadrícula que llamamos Magenta. En ella se conserva el rastro de un dinosaurio cojo. En realidad, más que una cojera el dinosaurio tenía una patología en uno de sus dedos del pie izquierdo que, en lugar de apuntar hacia delante, estaba doblado hacia atrás. Este carácter se observa en todas las huellas del pie izquierdo. Además de esto, el rastro es inusualmente ancho sugiriendo que el animal caminó, tal vez debido a la patología mencionada, con las extremidades muy abiertas, lo que hace que sea un caso especial en el registro fósil. Esperamos encontrar más huellas de este mismo rastro en la misma capa en futuras excavaciones.

 

Rastro de dinosaurio terópodo encontrado en Magenta, en el cual se aprecia que las icnitas correspondientes a la extremidad izquierda tienen una malformación que se observa sólo en ese lado reiteradamente, indicando una posible patología en esa extremidad.
Rastro de dinosaurio terópodo encontrado en Magenta, en el cual se aprecia que las icnitas correspondientes a la extremidad izquierda tienen una malformación que se observa sólo en ese lado reiteradamente, indicando una posible patología en esa extremidad.


En esta última campaña, el equipo de investigación de Las Hoyas ha descubierto un nuevo rastro, también en Magenta y justo por encima de las huellas del dinosaurio cojo. El análisis de estas huellas ha comenzado tras la campaña de Julio 2021. El nuevo hallazgo consiste en al menos cuatro icnitas constituyendo el rastro de un animal aparentemente cuadrúpedo. Esto se deduce a partir del patrón general de la pista y también por la presencia de una pareja de huellas mano-pie pertenecientes al lado derecho. Las icnitas presentan un contorno ocasionalmente bien definido, son relativamente largas y estrechas y presentan claras impresiones de dedos en la zona anterior. Estos dedos, aunque algo variables en su forma y preservación, son relativamente largos y delgados, de morfología sub-triangular y con una terminación distal claramente acuminada (puntiaguda). Además, se aprecia claramente un surco delgado y sinuoso que ha sido producido por el arrastre de la cola del animal. 

 

Rastro encontrado en cata Magenta, probablemente producido por un cocodrilo. A la izquierda, fotografía de una de las icnitas, correspondiente a la mano izquierda. A la derecha, registro de todas las huellas encontradas en el rastro junto a sus medidas. 
Rastro encontrado en cata Magenta, probablemente producido por un cocodrilo. A la izquierda, fotografía de una de las icnitas, correspondiente a la mano izquierda. A la derecha, registro de todas las huellas encontradas en el rastro junto a sus medidas. 


Uno de los problemas que tiene la preservación de las huellas en sedimentos formados por los tapetes microbianos es que se registran y se preservan de un modo, digamos, peculiar. En Las Hoyas, como en otros muchos yacimientos donde los tapetes microbianos están presentes, se preservan mejor las deformaciones del sedimento al ser pisado que el propio hueco dejado por la huella. Esto dificulta poder caracterizar al animal que lo produjo y no siempre es fácil identificar de qué especie se trata. Aunque actualmente estamos en la primera fase de la investigación del material fósil encontrado en la campaña de 2021, las características de las huellas, la disposición de las mismas, así como la presencia del surco caudal, sugieren que han sido producidas por un cocodrilo. No obstante, serán necesarios más análisis para poder identificar con una mayor precisión al autor de estas icnitas, así como entender su comportamiento y cómo eran las condiciones paleoambientales bajo las cuales este evento quedó registrado en las finas capas del yacimiento de Las Hoyas, en un remoto pasado en el que este paraje constituía un fascinante humedal lleno de vida y de actividad.

 

Equipo de Paleoymas trabajando en el escaneado digital las huellas de tipo cocodrilo. Esta técnica permite un estudio detallado del rastro y su área circundante sin dañar el delicado sedimento en el proceso.
Equipo de Paleoymas trabajando en el escaneado digital las huellas de tipo cocodrilo. Esta técnica permite un estudio detallado del rastro y su área circundante sin dañar el delicado sedimento en el proceso.

 

Un ejemplo de una de las técnicas para profundizar en el estudio de este rastro ha sido la realización, en colaboración con la empresa Paleoymas, de un escaneado en 3D del mismo, con el objetivo de conservar digitalmente la información registrada en este sedimento. Esta información digital es de alta resolución, permitiendo observar detalles tanto de las huellas como de la propia capa que las contiene, evitando al mismo tiempo el deterioro de las finísimas capas que forman el sedimento de Las Hoyas, y por tanto la degradación de las huellas. El escaneado se incluye en un solo archivo informático, el cual incluye la geometría de la capa, todas sus características, así como su color original. El resultado es un modelo de 2,4 millones de polígonos que almacenan todo el relieve de la superficie. De esta matriz se tiene la posibilidad de visualizar las huellas digitalmente con mapas de textura y color, que además permite trabajar con una mayor precisión en los relieves registrados. Por otro lado, a partir del escaneado, se podrán imprimir réplicas del material a cualquier escala, lo que permitirá su exhibición en Museos o en Salas de Exposición que así lo demande.

Autores: 

Ángela Delgado Buscalioni: Profesora titular en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Directora del yacimiento paleontológico de Las Hoyas (Cuenca) y del Centro para la Integración en Paleobiología (CIPb-UAM).

Joaquín Moratalla García: Científico Titular en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC). Especialista en icnitas de vertebrados.
Lara de la Cita García: Comunicadora científica en el equipo de investigación del yacimiento de Las Hoyas.

Trabajos realizados por el Equipo de investigación del Proyecto REDEK (PID 2019-105546 GB-I00), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, y proyectos financiados por la Junta de Castilla – La Mancha (SBPLY/21/180801/000018 y SBPLY/21/180801/000024).

Comentarios: 2

Luis Alfonso G… el 28-03-2024

Muy bueno el artículo y el yacimiento. Poca gente valorará, en su justa medida, lo que tiene Cuenca.

Concepcion Mar… el 28-03-2024

Me gustaría saber si se puede visitar y en qué tiempo y hora

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