Las Ventas con Peña Aguilera es un municipio ubicado al sur de la provincia de Toledo, en plena comarca de los Montes de Toledo. Dentro de su casco urbano destaca un edificio singular, de carácter civil y dedicado a la enseñanza. Hablamos del Colegio Público de Nuestra Señora del Águila, con más de un siglo a sus espaldas dedicado a la función educativa, entre sus muros se han formado varias generaciones. Un edificio a cuya historia te acercamos, en el contexto del inicio del expediente de declaración de Bien de Interés Patrimonial, con categoría de Construcción de Interés Patrimonial.
El edificio, obra del arquitecto Ezequiel Martín Martín, natural de Las Ventas con Peña Aguilera y arquitecto provincial desde 1883, nació a instancias de la corporación municipal, preocupada por dotar a sus ciudadanos más jóvenes de un espacio adecuado para su educación y bajo el patrocinio de don Manuel Escrivá de Romaní y de la Quintana, XII conde de Casal.
Es un ejemplo reseñable y excelentemente conservado de las construcciones para la enseñanza que propició la promulgación de la ley de Instrucción Pública en 1857 -conocida como ley Moyano y vigente hasta 1970- que ordenó el sistema educativo en los tres niveles clásicos de instrucción primaria, enseñanza secundaria y estudios universitarios. Según sus disposiciones, todo municipio con al menos 500 habitantes de derecho estaba obligado a tener dos escuelas de primera enseñanza, una para niños y otra para niñas. El Real Decreto de 26 de octubre de 1901 dejó los gastos de construcción y reparación de locales destinados a estos servicios a expensas de los ayuntamientos, asumiendo el Estado el pago de las obligaciones de personal y material de las escuelas públicas.
En su construcción como Escuelas Públicas y Biblioteca Popular el arquitecto Ezequiel Martín huyó de la monumentalización, apostando por una construcción modesta pero elegante, que se aprovechaba de la tradición constructiva de la zona y su pericia en el tallado del granito.
El resultado fue una edificación con planta baja y primera, un cuerpo frontal con galería y dos pabellones perpendiculares al principal, destinados a las aulas, que reciben luces por ambos lados. Por tanto, la escuela adopta forma de “U” y sus brazos laterales, perpendiculares al principal, determinan tres patios, dos a los lados y uno entre ellos
La fachada de la escuela muestra la distinta función del cuerpo central y los laterales por medio de la altura, la composición o el tamaño de los huecos. Los cuerpos laterales de dos alturas y el central de una, se unen entre sí mediante una galería, conformada por ocho arcos de medio punto. Ambos cuerpos laterales son simétricos y en ellos aparecen sendos escudos acompañados por una leyenda diferente. En el lado izquierdo de la fachada –donde se ubicaba la escuela de niños-, se inserta un escudo con águila bicéfala que alberga la imagen de la Virgen del Águila, rematado con corona real cerrada y una cruz, y la inscripción “ESCUELA DE NIÑOS. CORPORACIÓN MUNICIPAL DE MCMVII.” En el lado derecho, se dispone el escudo de los Escrivá de Romaní, y la inscripción “AL PUEBLO DE VENTAS. LOS CONDES DE CASAL”.
El cuerpo central, rematado con frontón triangular, daba acceso la biblioteca popular, en cuya puerta con jambas y dintel de granito tallados, figura la inscripción “1907. ARQTO. EZEQUIEL MARTÍN. BIBLIOTECA POPULAR”.
El edificio está construido con sillarejo, y sillares en las esquinas, pilares y barandillas, todo en granito. La cornisa se remata con canecillos también de granito. Es muy apreciable el trabajo de la piedra en todo el exterior del inmueble.
El interior, obviamente, ha sido modificado con el paso de los años para el mejor cumplimiento de las labores educativas.
Por su parte, en el exterior la modificación más importante es el cerramiento de los arcos de la fachada principal y la sustitución de la puerta que daba acceso a la biblioteca popular por una ventana.
El grupo escolar contiene tres patios de juegos, dos laterales de mayor es dimensiones (970 m² el situado al norte y 790 m² el patio meridional) y uno central más pequeño entre los cuerpos laterales. Todo ello cercado con un pequeño murete de granito con albardilla en parte superior, rematado con composición piramidal en las esquinas.
En el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de D. Pascual Madoz (1850), ya constaba en Las Ventas con Peña que había una Escuela de niños, anotándose que “no existe habitación ni edificio público para Escuela de niñas, la cual se halla instalada en casa particular alquilada al efecto por el Ayuntamiento", situada frente al pozo de la plaza del Cura.
En 1894 la corporación municipal ya era consciente de la necesidad de arreglar el local de la escuela de niñas y de ampliar el de niños, que estaba en los bajos del ayuntamiento, por pequeño y falto de ventilación; unos años después, en 1898, el arquitecto de la Diputación provincial, D. Ezequiel Martín declara en ruina la escuela de niños e impide que se den clases. Tras diferentes búsquedas, se optó por la construcción de un nuevo edificio en terrenos públicos de la cañada segoviana, cuya ubicación era acorde con las instrucciones que marcaba el Ministerio, señalando que las escuelas se levantaran en “los extremos de las poblaciones, aprovechando así el aire puro y la mejor insolación y ventilación en estos espacios abiertos”.
Faltaba la financiación de la obra, que recibe un decisivo impulso en 1904 con el donativo de 10.000 pesetas realizado por el conde de Casal y la consignación en el presupuesto municipal de otras 16.000 al año siguiente. Con esa cantidad se decide el inicio de la construcción de las escuelas en la cañada segoviana, que cumplía las directrices marcadas por la Instrucción técnico-higiénica del Ministerio de Instrucción Pública publicada ese mismo año.
Elegido el lugar, el arquitecto provincial Ezequiel Martín y Martín inicia la intervención facultativa renunciando a los honorarios que le correspondieran por razón de su cargo. En 1906 comienza solemnemente la construcción de edificio, contando con sucesivas donaciones e intervenciones del conde de Casal. El presupuesto inicial de 30.000 pesetas, ascendió finalmente a un montante de 53.866 pesetas; el ayuntamiento levantó a su costa la escuela de niños y la biblioteca popular y don Manuel Escrivá de Romaní sufragó la escuela de niñas y la vivienda del maestro.
Dos figuras destacan en la ejecución de este proyecto como grandes benefactores, por un lado el arquitecto Ezequiel Martín Martín (Las Ventas con Peña Aguilera, 1850-Toledo, 1932), apasionado defensor de las construcciones escolares. Desde su cargo en la Diputación, firmó el proyecto de la escuela de párvulos de Talavera de la Reina, Escalonilla (1886-1889), Sonseca (1890), Alcaudete de la Jara (1908) y Los Navalucillos (1909), y ésta de Las Ventas con Peña Aguilera. También trazó los edificios de varios ayuntamientos, la antigua cárcel de Illescas y el nuevo matadero de La Puebla de Don Fadrique, y la conclusión de las obras del Palacio de la Diputación. Dirigió los trabajos de restauración del Cristo de la Luz en 1899 y trazó un plano topográfico de las excavaciones del Cerro del Bú en 1905, formó parte de la junta inspectora de las obras de reparación y reforma del Hospital de Santa Cruz, destinado a biblioteca y museo dependientes del Ministerio de Educación Pública. Colaboró también, entre otras en el edificio del Café Español (1907) y el actual cementerio, cuyos planos trazó en 1909.
El otro gran mecenas fue don Manuel Escrivá de Romaní y de la Quintana, XII conde de Casal y I marqués de Alginet (Madrid, 1871-1954), eminente abogado, político y escritor. Senador por la provincia de Toledo en distintas legislaturas y diputado al final de los años veinte. Como erudito, fue miembro del Patronato del Museo del Prado, del Consejo Asesor de la Escuela de Cerámica, de la Academia de Historia, de la Hispanic Society of América y de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.
Propietario terrateniente y amante del campo, sintió predilección por su finca toledana de El Castañar. La cercanía de su propiedad con Las Ventas con Peña Aguilera propició la vinculación del conde con los venteños, convirtiéndose el primero en auténtico benefactor de las causas promovidas por estos, lo que se materializó en el decisivo desembolso económico que permitió sufragar la escuela de niñas y vivienda de maestro de la Agrupación Escolar. Todavía en 1924 su colaboración, costeando la mano de obra, fue decisiva en la construcción del jardín de la escuela de niñas.
Actualmente, con unos espacios adaptados a las necesidades educativas del siglo XXI, el edificio mantiene su singularidad convirtiéndose en una construcción cuya protección garantizará la transmisión de este legado patrimonial a las futuras generaciones.
María Gutiérre… el Jue, 20/04/2023 - 10:26
Yo estudié ahí con doña Elena que era esposa de Don Ángel el médico. Tengo muy buenos recuerdos de entonces, gracias.
Juana Bermejo Alonso el Sáb, 30/03/2024 - 00:26
Yo estudié primero con Doña Dolores en el pabellon central que estaba dedicado a las niñas más pequeñas (creo que era 1960) y 2 o 3 años después con Doña Elena, (en el pabellón de la derecha) la mujer de Don Angel Vara Oñate que vivian en la vivienda encima de la escuela.