Los Gancheros del Alto Tajo era un arriesgado oficio, ya extinguido, que consistía en transportar la madera extraída en zonas del curso alto del Tajo, dirigiendo los troncos sueltos de los pinos talados a través de río, hasta llegar a Aranjuez. La tradición festiva que recrea este antiguo oficio, la Fiesta de los Gancheros, se celebra el último fin de semana de agosto.
En origen era un trabajo nómada, realizado de forma temporal entre la primavera y el final del verano de cada año, complementando así las familias unos exiguos ingresos procedentes de la precaria actividad agrícola.
Geográficamente esta actividad se daba en la actual zona del Parque Natural del Alto Tajo, un espacio extraordinario de elevado interés paisajístico y medioambiental, con extensos bosques y una gran variedad orográfica (gargantas, hoces, farallones, cañones y barrancos, entre otros) que se extiende por municipios de las provincias de Cuenca, como Priego, Cañamares, Cañizares, Beteta o Santa María de Val, y de Guadalajara, como Peralejos de las Truchas, Taravilla, Poveda de la Sierra, Zaorejas y Peñalén.
El oficio de la ganchería aparece documentado desde el siglo XVI y perduró hasta mediado el siglo XX. Ya a finales de los años 40, la consolidación del transporte por carretera en camiones acabó con esta apasionante actividad, siendo definitiva su desaparición en la década de los 60. Es entonces cuando se va trasmitiendo de forma oral, en el seno de las familias, los conocimientos de la ganchería y surge la tradición de homenajear a los antepasados que la llevaron a cabo, consolidando una festividad que se celebra de forma mancomunada: cada año de forma rotativa, un pueblo distinto de esta zona castellano-manchega, lleva a cabo la gran fiesta de los gancheros. Se ha convertido en seña de identidad de una comunidad, que se reconoce en un territorio y un paisaje concreto, el Parque Natural del Alto Tajo.
En 1961 fue objeto de interés del escritor Jose Luis Sampedro, al recrear en su novela “El río que nos lleva” la vida de estos hombres y mujeres. En 1989 Antonio del Real lleva este argumento al cine, con el mismo título, y mereció una mención de la UNESCO por sus valores ecológicos y culturales.
Además esta manifestación cultural ha despertado el interés de más estudiosos, debemos citar la Guía Larrañaga (Larrañaga Mendía, Julio. 1929. Cuenca: Guía Larrañaga), el interesante estudio de María Auxiliadora Gonzalez Hinojo (Cuadernos de Etnología de Guadalajara. 1995. Nº 27), la aportación de José Sanz y Díaz (Etnografías y oficios del pasado. Organización y costumbres de los gancheros del Alto Tajo. Revista de Folklore, nº 61. 1986 Valladolid), la extensa publicación de José Luis Lindo Martinez (Maderadas y Gancheros. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 2008 Toledo). Resulta interesante el documental de la Filmoteca Española de Noticiario y documentales (NODO. Maderada, documentales en blanco y negro.1944 Madrid Films). La fotografía de Agustín Tomico ha venido plasmando la recreación ganchera a lo largo de los años. Y, por último, el documento Recuerdos de madera mojada: inventario etnográfico y difusión audiovisual del Patrimonio Inmaterial y el Paisaje Cultural asociados al transporte fluvial de la madera (Documental. Expediente 81/183. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Producido por Labrit Multimedia, S.L. 2014).
El oficio de ganchero
Los gancheros recibían el nombre por su única herramienta, un gancho o bichero, especialmente diseñada para su actividad: una larga pértiga de dos o tres metros, generalmente de madera de avellano, con punta de lanza y un saliente curvo, como una garra de hierro acerado ( los más famosos eran los útiles fabricados en Priego).Lo fundamental para ser ganchero, además de una gran habilidad en el manejo del gancho, era el esfuerzo, el arrojo para afrontar los riesgos y el sentido del equilibrio.
El oficio de ganchero, aparte de duro, era arriesgado. Crecidas inesperadas del río, pasos comprometidos y la propia peligrosidad de ir subido sobre los inestables troncos, provocaba numerosos accidentes y muchas víctimas. A esto hay que unir las condiciones extremas de la climatología en la zona: inviernos largos y crudos, con frecuentes heladas y nevadas, primaveras y otoños lluviosos, y veranos secos, tórridos y breves.
La comunicación en el rio se efectuaba, debido a la distancia y el ruido, con un lenguaje no verbal propio, que permitía la comunicación de noticias de forma rápida.
Los gancheros y la organización de las tareas
Las tareas de los gancheros se dividían en dos grandes procesos que abarcaban un largo proceso estructurado desde el inicio de la primavera al final del verano.
a. La maderada, comprendía diversas tareas sucesivas:
• Apeo era la tarea inicial, que consiste en la corta que se efectúa con hacha, aunque más tarde se introdujo la modalidad de corta con sierra;
• Descortezado se hacía en la primavera, para no perjudicar la albura o madera exterior y, finalmente,
• Saca que consistía en el arrastre a sangre, con animales, e incluso a hombros.
• Traslado de troncos a los embarcaderos - o aguaderos- que se efectuaba en carros y tiros de bueyes o mulas.
Una vez amontonados los troncos – encambrados- se les dejaba una temporada para que desprendieran jugos y resinas, y así pudieran flotar fácilmente en el agua
b. Organización y transporte de troncos por el río.
Entonces los troncos se dejaban resbalar hasta el cauce del río, dando comienzo la verdadera tarea de los gancheros.
El traslado de los troncos exigía una organización compleja y perfecta, debían domar y doblegar al mismo tiempo a la madera y al río.
Existía una organización estructurada de forma piramidal. Estaba formada por el Encargado del rio –representante del empresario–, el Maestro o Jefe del rio, que hacía las veces de capitán de la maderada y era el líder de toda la expedición, los mayorales, los cuadrilleros, guisanderos, roperos, rancheros y broceros.
La maderada estaba compuesta por tres compañías donde se distribuían los gancheros: la delantera, la de en medio o centro y, por último, la zaga. La delantera era la encargada de abrirse camino, acometiendo verdaderas obras de ingeniería –adobos– con los propios troncos para salvar las dificultades y desniveles que se presentaban, especialmente dificultosos en la cabecera del río. El centro lo componía el grueso principal de la maderada y el trabajo de los gancheros consistía en evitar que los troncos se trabaran y produjesen una presa artificial capaz de convertir en astillas toda la maderada y provocar una riada que lo anegase todo a su paso. La zaga era la encargada de desmontar las construcciones realizadas por la delantera.
La propia maderada, que podía estar constituida por miles de troncos con dimensiones que podían superar los doce metros de longitud por pieza, llegaba a ocupar más de 30 kilómetros del río. El conjunto de gancheros para conducirla no bajaba de 100, pudiendo llegar a ser necesarios más de 1.000 gancheros para las grandes maderadas constituidas por unos 100.000 troncos. La duración de la expedición oscilaba entre los tres y seis meses. Ya en marzo, los troncos se echaban al río y se iniciaba la maderada, aprovechando el crecimiento del caudal del Tajo y sus afluentes, como consecuencia del aumento de las lluvias y del deshielo del invierno. De ahí el refrán: “marzo con sus marzadas, se lleva las maderadas”. Y lo habitual
El paso de la maderada por los pueblos ribereños congregaba a numerosos curiosos que, desde las orillas, asistían al pintoresco espectáculo. Los gancheros no eran ajenos a la expectación que suscitaban y exhibían con orgullo su pericia. La panorámica que ofrecían era impresionante: una multitud de gancheros, operarios, mayorales, mozos de mulas y peones siempre en movimiento a lo largo del rio.
Una fiesta declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Bien Inmaterial y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO
Estas tareas son las que se han transmitido oralmente en el seno familiar, de generación en generación. Muchos de los participantes en la fiesta de los gancheros son hijos de padres gancheros, recrean con orgullo el oficio de sus progenitores, aunque ya no es el suyo, y transmiten estos conocimientos a sus descendientes como portadores de la tradición que ya son. Todo ello crea un sentimiento de unidad y fortalece los lazos de pertenencia a la comunidad, al territorio y al paisaje. Este reconocimiento a sus ancestros también se plasma en monumentos que se han ido creando como homenaje a esta profesión en Poveda de la Sierra, Priego y Cuenca.
La tradición preservada por familias y el trabajo de las asociaciones del Alto Tajo, junto a la novela y película que han hecho trascender al plano internacional este oficio de ganchero, han contribuido a declarar el conjunto como Bien de Interés Cultural, con categoría de Bien inmaterial de Castilla- La Mancha.
Además, "La fiesta de los gancheros", ha formado parte de la candidatura "Timber Rafting, transporte fluvial de madera’ junto a otras regiones españolas (Aragón, Cataluña, Navarra y Valencia) y otros países europeos (Austria, Rep. Checa, Alemania, Letonia, Polonia), obteniendo el 1 de diciembre de 2022, la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
José Luis Este… el Vie, 17/06/2022 - 12:39
Desconozco en parte su oficio, visto muchas veces por televisión, pero si conozco otro parecido, los arrieros, me trae muchos recuerdos.
Jesus Manuel el Mar, 01/08/2023 - 19:57
Buenas tardes.
Quiero saberlo que dia fiesta de ganchero, donde lugar lo mejor del pueblo?, dia y hora.
Gracias, Un saludo
Ángel Herranz el Jue, 29/08/2024 - 00:47
El día es el último sábado de agosto. El lugar en la Laguna de Taravilla. Una vez allí te facilitarán el acceso.
Miguel Ángel el Jue, 22/08/2024 - 09:08
Me gustaria saber donde empieza exactamente este año el descenso de los gancheros, se que es en taravilla pero no se el punto exacto