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Traza para la construcción del Túmulo funerario dedicado al VI duque del Infantado. Documento del mes de enero de 2022 en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara.

Traza para la construcción del túmulo funerario dedicado a D. Juan Hurtado de Mendoza, VI duque consorte del Infantado, que ordenó levantar su esposa la duquesa Ana de Mendoza, en la capilla mayor de la iglesia de San Francisco de Guadalajara. 

Juan Hurtado de Mendoza, había fallecido en Madrid en la residencia que la familia poseía cerca de la parroquia de San Andrés, por lo cual su mujer organizó una ceremonia fúnebre que incluyó el velatorio en la residencia madrileña, el traslado del cadáver hasta San Francisco de Guadalajara, la instalación en la iglesia de un túmulo y, por fin, el depósito del cuerpo en el nuevo panteón. La propia Ana de Mendoza, con la clara intención de dejar recuerdo de las ceremonias, dejó un testimonio detallado de las mismas que puede consultarse en el fondo de Osuna (leg. 1766) en el Archivo Histórico de Nobleza (Toledo).

El diseño de la obra efímera fue encomendado a Fray Francisco Mir, arquitecto franciscano y autor entre otras obras del retablo mayor de la Iglesia conventual de San Francisco destruido durante la ocupación francesa en la guerra de la Independencia. Otra de sus obras a destacar son el retablo de la parroquia de Nuestra Señora de la Fuente y la restauración de la iglesia de La Piedad. 

El túmulo representaba una gran custodia manierista, habitual en esta clase de manifestaciones de arquitectura efímera, y estaba coronado por una escultura que representaba a la Fama con sus habituales atributos -una figura femenina tocando una trompeta-; la figura sostenía el escudo ducal, motivo heráldico que se repetía con profusión por el monumento funerario.

Por las condiciones que acompañan al contrato de construcción, inserto en el Protocolo del notario Gaspar de Torres custodiado en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara, se sabe que se trataba de levantar un edificio de madera de 60 pies de alto, incluida en ellos la estatua de la Fama que habría de coronarlo y de 23 pies de anchura en su base cuadrada; de dos pisos o cuerpos basados ambos en forma de arco triunfal, se adornaba con un gran número de velones, pirámides muy estilizadas y como remate, una cúpula de media naranja sobre la que coronaría la escultura de la Fama, alegoría en honor al duque fallecido. 

AHPGU. Protocolos notariales P- 457
15 de julio de 1625. Guadalajara


Bibliografía

MUÑOZ JIMÉNEZ, José Miguel. La Arquitectura del Manierismo en Guadalajara, Guadalajara 1987.

CARRASCO MARTÍNEZ, Adolfo. Los Mendoza y lo sagrado. Piedad y símbolo religioso en la cultura nobiliaria. Cuadernos de Historia Moderna 2000, 25, monográfico: 233-269

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