Monasterio de la Concepción Francisca
El Monasterio de la Concepción Francisca es un convento que estaba ya edificado en 1504.
El Convento consta de tres alturas y presenta unas fachadas casi sin huecos, animadas únicamente por unas pequeñas ventanas, que no guardan simetría alguna (están abiertas en función del interior) y por unos pequeños escudos que memoran al fundador. Se ingresa por una sencilla puerta en arco de medio punto.
Las dependencias conventuales se articulan en torno a un patio de trazado irregular, cuyos pies derechos con zapatas, muy dentro de la tradición gótica, son ajenos a la tipología de un patio conventual.
De primitivo conjunto del siglo XVI quedan, además del patio adaptado, los tiros de escalera y la portada de la fachada de la iglesia. Esta última fue realizada por Pedro de Alviz y es muy representativa de ese arte plateresco que se desarrolla en Cuenca en la década de los treinta del siglo XVI. Está compuesta por un arco de medio punto, enmarcado por unas pilastras cajeadas, y por un amplio entablamento que termina en un frontón triangular. Un óvalo moldurado se abre encima de esta puerta y el hastial de la fachada se remata con una espadaña.
En el siglo XVIII comienzan las obras de un nuevo edificio, dirigido por José Martín. La iglesia (excepto su fachada) se construye de nuevo, dotándola de una planta centralizada inserta dentro de un eje longitudinal, con cúpula elíptica perforada con lunetos y con pilares achaflanados y un alto coro a sus pies. La decora con colores claros y ligeros, con ciertos detalles en el tratamiento de los muros, como son los recuadros y las hornacinas que aparecen entre las pilastras de orden compuesto adornados con cabezas de querubines, todo ello muy del gusto rococó.
Monasterio de la Concepción Francisca
Monasterio de la Concepción Francisca