Iglesia panteón de los Marqueses de Moya

La iglesia-panteón de los Marqueses de Moya en Carboneras de Guadazaón es un templo de estilo gótico-isabelino que formó parte del Convento de Santa Cruz de los Padres Dominicos, fundado en 1500 por los marqueses D. Andrés de Cabrera y Dª. Beatriz de Bobadilla, junto a D. Juan Pérez de Cabrera, Arcediano de Toledo. En ella se conserva la tumba de sus fundadores.

Del conjunto de edificios que en principio existieron, hoy solo queda en pie la iglesia panteón. Ésta es de planta de cruz latina, de una sola nave dividida en cuatro tramos más el ábside. Éste último es plano, constando también el edificio de un crucero poco pronunciado, coro y sotocoro a los pies.

Las naves del crucero y el ábside se cubren con bóvedas de nervadura y el resto del templo con bóvedas vaídas con lunetos, separadas por arcos fajones que descansan sobre pilastras cajeadas. A lo largo de las naves, en la parte superior, discurre una cornisa escalonada y lisa encima de la cual se abren unos ocultos lobulados y ribeteados con molduras para dar luz al interior del templo.

La decoración interior obedece a las reformas realizadas en el siglo XVIII por Martín de Aldehuela que revistió los muros, el artesonado y las pilastras con yeso, según su estilo y época, resultando un estucado de gran belleza.

Exteriormente la iglesia resulta una construcción muy estilizada por la altura que alcanza sus naves. Se emplea mampostería en los muros y sillería en las esquinas y vanos. El transepto y la cabecera se jalonan con contrafuertes para soportar los empujes interiores.

A los pies se sitúa la fachada principal con su puerta compuesta de dos vanos con arcos rebajados (casi elípticos) divididos por un parteluz. Estos quedan comprendidos dentro de otro arco superior de medio punto con tres arquivoltas y tímpano liso; éste a su vez queda enmarcado por el arco ojival típico isabelino. Heráldica de la casa Moya decora la puerta.

Encima de la composición anterior aparece un óculo que ilumina interiormente del coro. El hastial de la fachada se remata en forma triangular, adaptada a la forma de la cubierta de dos aguas, con pirámides y bolas decorando el centro y las esquinas. Una sutil cornisa de piedra jalonada de bolas recorre todo el perímetro de la iglesia. En uno de los laterales aparece una doble espadaña.