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El Tejidillo y el Traje de Vistas de Navalcán (Toledo), declarados como Bien de Interés Cultural con la categoría de ‘Bien Inmaterial’

El consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, ha señalado que la elaboración de estas producciones textiles son una seña de identidad del municipio toledano, “donde han gestado lazos que irradian un sentimiento de pertenencia a nuestra cultura tradicional”.
 
Además, el consejero ha defendido que “ha sido urgente aplicar medidas adecuadas de protección para que puedan seguir siendo disfrutados por las generaciones venideras, además de enriquecer tanto a la región como al conjunto del país”. Pastor también ha incidido en que esta declaración como Bien de Interés Cultural “ayudará a impulsar acciones de salvaguarda”.

El Gobierno de Castilla-La Mancha ha acordado esta semana declarar como Bien de Interés Cultural, con la categoría de ‘Bien Inmaterial’, el Tejidillo o Acolchado y el Traje de Vistas de Navalcán (Toledo), el décimo de la legislatura.
 
Esta declaración, tal y como ha explicado en rueda de prensa el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, supone “el reconocimiento del valor patrimonial de una manifestación cultural que hunde sus raíces en tradiciones ancestrales y que se ha transmitido de generación en generación”. En este sentido, ha explicado que estas técnicas e indumentarias se han desarrollado a lo largo de los siglos, conectando elementos romanos, bizantinos, godos y de Oriente Medio, “si bien, hoy en día, es un bordado de verdadera estirpe castellana, único dentro de la comarca toledana”.
 
Pastor ha puesto en valor que ambas manifestaciones “no sólo han enriquecido la memoria cultural colectiva de todos los castellanomanchegos, sino la particular de Navalcán, donde han gestado lazos identitarios que irradian un sentimiento de pertenencia a nuestra cultura tradicional, en suma, a la cultura inmaterial de Castilla-La Mancha”.
 
Medidas de protección
 
No obstante, tal y como ha advertido el consejero, se encuentra “en gran riesgo de desaparecer” por la falta de relevo generacional y de formación externa al ámbito familiar, por lo que ha especificado que “ha sido urgente adoptar medidas adecuadas de protección, para que pueda seguir siendo disfrutado por las generaciones venideras y enriqueciendo tanto a la región como al país al que pertenece”. De este modo, ha subrayado que esta declaración como Bien de Interés Cultural ayudará a impulsar acciones de salvaguarda.
 
En otro orden de cosas, el consejero ha expresado que también se elevará a Bien de Interés Cultural el Traje de Vistas de Navalcán, ya que su elaboración responde a unos conocimientos tradicionales sobre tejeduría, patronaje, bordados, “a los que se ha dado un significado ritual y ceremonial”. En consecuencia, “este traje merece ser protegido por una riqueza etnográfica que ha mantenido desde su configuración histórica en el siglo XVIII”, ha apuntado el consejero, tras agradecer las medidas de protección realizadas por el Ayuntamiento y el grupo folklórico de danza Revolvedera, “ya que han conseguido que esta tradición no desaparezca”.
 
Por otro lado, Amador Pastor ha aclarado que el concepto de Patrimonio Cultural Inmaterial hace referencia a los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes.
 
Activo económico y cultural
 
Pastor también ha incidido en que el Tejidillo o Acolchado y el Traje de Vistas de Navalcán “son un activo cultural y económico vital para impulsar el desarrollo sostenible del sector de la artesanía, así como en un elemento clave a la hora de atraer turismo a la comarca”. A este respecto, ha añadido que “ambas producciones no sólo se alimentan de lo simbólico y tradicional, sino que se nutren a través del trabajo, el esfuerzo, la iniciativa, innovación y emprendimiento, en especial de la mujer navalqueña, indiscutible motor del arte del bordado”, ha sentenciado.
 
Técnica excepcional
 
Lo singular de este método de entretejido consiste en pasar la hebra de arriba abajo, saltando un hilo (nones) y haciendo hilvanes de distinta longitud, según el modelo a seguir. Se ejecuta por el revés, logrando un bordado a dos caras, mientras que los motivos van distribuidos en franjas semejando a los tejidos de telar. “El resultado de su ejecución y textura es una muestra de su maestría”, ha finalizado.