Archivo de la imagen y de la palabra

El origen de la “Casa Rodríguez” se encuentra en 1878 cuando se establece en Toledo el fotógrafo zaragozano Higinio Ros. Fijó su residencia cerca de la iglesia de San Lucas y su tienda primero en la Cuesta de Belén y posteriormente en la calle Comercio. Veinte años después, traspasó su negocio a su sobrino, Eugenio Rodríguez Toledo, que asentó el negocio  combinando la actividad de retratista con la de periodista gráfico. Murió en 1938, dejando el negocio a sus tres hijos: Pablo, Luis y José Rodríguez Dorado.

La familia se significó al fotografiar la declaración del estado de guerra en 1936,  por lo que fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad. Se trasladan a Ugena hasta la entrada en Toledo de las tropas franquistas. Con el nuevo régimen el negocio tuvo su época de mayor prosperidad, iniciándose su decadencia desde los años 50 por falta de adaptación a las nuevas técnicas fotográficas. En diciembre de 1984 cierra el negocio, siendo adquirido el Archivo  fotográfico por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y depositado inicialmente en su propia sede, después en el Museo de Santa Cruz, hasta que en octubre de 1994 fue depositado en el Archivo Histórico Provincial de Toledo, donde permanece.

Por distintas circunstancias, el fondo de la Casa Rodríguez incluye otras fotografías no realizadas por la familia, entre las que destacan por su calidad las que son obra del  pintor y  fotógrafo Pedro Román.

Nacido en 1878 en Alcaraz (Albacete), la familia se traslada a Toledo en 1890. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de la capital, donde después ejerció como docente desde 1911. Entre 1899 y 1901 completó sus estudios en la “Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado” de Madrid.  Aficionado a la arqueología, participó en la fundación de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, formó parte de la Comisión Provincial de Monumentos entre 1919 y 1931 y fue concejal de Toledo entre 1925 y 1928.

La Guerra Civil significó un momento de inflexión en la vida y la carrera de Pedro Román, su casa fue incautada y la familia tuvo que refugiarse fuera. Tras la guerra Román abandona tanto la pintura como la fotografía, y se dedica a la docencia y, en menor medida, a la investigación histórica. Muere en 1948 siendo profesor de la Escuela de Bellas Artes y director de la Real Academia citada.

Nacido en 1887 en Villalgordo de Júcar (Albacete), se traslada a vivir a Valencia donde ejerce diversos oficios hasta que ingresa como aprendiz en el taller de fotografía de Luis Tregón. En 1915 cuenta ya con galería propia, “Ampliaciones Fotográficas Luis Escobar”.

Posteriormente abandona el estudio para lanzarse a la calle, siendo de esta época sus mejores retratos, especialmente de carácter familiar, autorretratos y grupos familiares. En 1920 se establece en Albacete compaginando el retrato de estudio con retratos a domicilio, ampliaciones, fotomontajes y coloreados manuales, a los que se une su condición de reportero ambulante lo que le llevó a recorrer durante medio siglo los pueblos y aldeas de Albacete, Cuenca y por supuesto, La Mancha.

Durante la Guerra Civil fue inculpado por colaboración con la República, por lo que su familia destruyó miles de negativos. Escobar ingresó en la prisión hasta marzo de 1941, siendo su casa  saqueada y su archivo confiscado. Sólo se salvaron unos 2000 negativos, conservados actualmente en el Archivo Histórico Provincial de Toledo tras su adquisición por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Al salir de la cárcel retomó la profesión, realizando reportajes de celebraciones religiosas, actos oficiales, y retratos de personajes célebres de Albacete. Desde 1945 trabaja con su hijo Luis Escobar Ureña que se hace cargo del estudio en 1953. Luis Escobar muere en 1963.

Fotoperiodista español que colaboró en la prensa ilustrada del primer tercio del siglo XX. En su juventud ingresó en la Escuela de Artillería de Segovia, donde comenzó a practicar la fotografía.

En 1904 colaboró en El Gráfico, Blanco y Negro, Mundo Gráfico, Nuevo Mundo o La Esfera, todos ellos semanarios de actualidad de difusión nacional; y en otras revistas especializadas, El Teatro, Sol y Sombra o La Lidia. En los años veinte fue cronista oficial de la Casa Real y testigo de los grandes acontecimientos de la vida social, cultural y política.

En 1909 realizó reportajes de la campaña de Melilla. Se estableció en Guadalajara entre los años 1918-1919 primero como funcionario en la oficina del Catastro y luego como representante de la firma de productos de importación “Sociedad Hispano-Americana de San Sebastián”, vendiendo en exclusiva variedad de productos (pianos automáticos Kimball, máquinas de escribir Woodstoch, pistolas y escopetas de caza, gramófonos, discos etc). Finalmente fue encarcelado y fusilado en Guadalajara en 1936.

El fondo fotográfico propiedad de la “Agrupación Fotográfica de Guadalajara” se encuentra depositado mediante contrato de comodato desde 2007 en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara.

Nació en Albacete en 1877. Su familia, dueños del Bazar Collado, era también propietaria de la imprenta y taller de encuadernación del mismo nombre en el que se editaba La Democracia (1879) y La Porra (1889). Tras enviudar, su madre continuó con el negocio publicando La Revista de Albacete periódico científico, literario y político (1885-1886), Sancho Panza (1908), Eco de la Liga (1911), y El Heraldo de Albacete (1905).

Tras casarse trasladó su residencia y el Bazar Collado a Alicante. Vuelve a Albacete para hacerse cargo del taller imprenta, editando La Senda (1922), Juventud (1933), e Instituto (1935). Se inicia en la fotografía desde joven, siendo corresponsal de revistas ilustradas del momento (Nuevo Mundo, La Esfera, Mundo Gráfico, y Vida Manchega).  

Entre 1920 y 1927 Collado continua con su actividad profesional de editor y fotógrafo, realizando trabajos ampliaciones, comercio de aparatos fotográficos y materiales Kodak y Bayer, reclamos en las Revistas de Madrid y Barcelona, y revelado de carretes y diapositivas. También fue propietario de un negocio de venta y reparación de bicicletas, representante de “Hiposulfitos Salud” y funcionario del Ayuntamiento de Albacete en la sección de Rentas. Murió el 8 de julio de 1942, a los 63 años.

Este fondo fotográfico se encontró en el Archivo Histórico Provincial de Albacete formando parte de otros fondos documentales.

Los Legados de la Tierra es el programa que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha desarrolló entre 1998 y 2010, con el objetivo de promover la recuperación del Patrimonio Fotográfico no conocido de Castilla-La Mancha mediante la organización de exposiciones y en algunos casos la edición de catálogos. Los beneficiarios de estas ayudas fueron ayuntamientos, mancomunidades y Entidades de Ámbito Inferior al Municipio (EATIM) de Castilla-La Mancha. Desde los inicios del programa se han celebrado alrededor de 1.000 exposiciones. El programa fomentaba la difusión del Patrimonio Fotográfico regional, propiedad de las corporaciones locales o de los habitantes de los municipios, y la obtención de reproducciones de una selección de las fotografías expuestas (en formato analógico primero y digital posteriormente). Las imágenes digitalizadas y recuperadas a través del programa, cerca de 9.000, pasaron a integrarse en un primer momento en el Centro Regional de Fotografía de Castilla-La Mancha, transformado en el actual Archivo de la Imagen de Castilla-La Mancha.

Entre las fotografías recuperadas, predominan las familiares, los retratos que recogen los momentos importantes de nuestras vidas, nacimientos, bodas, comuniones, retratos de familia, reuniones etc. Las fotografías de mayor antigüedad conservadas  fueron realizadas por casas fotográficas; posteriormente, al democratizarse el uso de las máquinas fotográficas, las fotografías son más más naturales y espontáneas y se realizan en las fiestas, los toros, el campo, en los lugares de trabajo, en diferentes momentos de la vida cotidiana. Hay también algunas fotografías que podemos considerar “artísticas” que fueron realizadas por fotógrafos profesionales.

El programa Los Legados de la Tierra promovió el refuerzo de la identidad cultural y la memoria colectiva regional, permitió apoyar la investigación, la recuperación, la catalogación y la difusión del patrimonio, y la tradición cultural de Castilla-La Mancha entre sus ciudadanos y su transmisión a las nuevas generaciones.