La inscripción de las técnicas artesanales de la cerámica de estas dos localidades toledanas en la Lista Representativa de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, celebra en estas fechas su segundo aniversario recuperando el orgullo de una tradición que no solo ha conseguido superar fronteras nacionales y llegar hasta México, sino que ha sido capaz de mantenerse inalterable desde hace siglos traspasando todos los conocimientos, prácticas, expresiones y saberes, de generación en generación hasta nuestros días. 

El Patrimonio Cultural es un término muy amplio que no hace referencia únicamente a aspectos materiales, que por sus características son únicos o sobresalientes. En las últimas décadas y más concretamente desde 2003, su expresión ha cambiado, entre otras cosas, debido a los instrumentos elaborados por la UNESCO y la creación de una Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. 

En Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, dos localidades muy próximas entre sí y con muchos siglos de tradición artesana, observamos cómo las técnicas vinculadas a la cerámica recogen exactamente la definición que la Organización Mundial otorga al Patrimonio Inmaterial: tradiciones orales, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza, universo, saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional. 

En estas dos localidades estamos ante un patrimonio vivo que recoge las prácticas, expresiones, saberes o técnicas que han sido trasmitidas desde hace siglos en ambas comunidades portadoras de una generación a otra, de padres a hijos o de maestros a aprendices, hasta llegar a la época actual. 

Cumple igualmente con cada uno de los requisitos más importantes para esta Organización Mundial. En primer lugar, se trata de una técnica tradicional, contemporánea y permanece viva en nuestra sociedad y en nuestra vida cotidiana. En la actualidad, tanto en Talavera de la Reina como en El Puente del Arzobispo, se siguen elaborando objetos de cerámica preservando esta forma tradicional y arraigada de hacer y decorar las piezas que cada artesano moldea, hornea y pinta con verdadero arte. 

Forma parte de nuestra seña de identidad. Talavera de la Reina es conocida como Ciudad de la Cerámica porque esta artesanía está presente en nuestras vidas y en nuestra forma de ser. En muchos de los ámbitos de nuestra sociedad, tanto cultural, como educativo, deportivo, religioso e incluso sanitario; se recrean frecuentemente diferentes elementos de las series decorativas de la cerámica: la gran mayoría de trofeos deportivos o reconocimientos culturales son piezas realizadas por artesanos de la ciudad con los procesos de fabricación reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Los carteles informativos, independientemente de la temática, suelen contener motivos de la cerámica tradicional, e incluso muchos ciudadanos como muestra de agradecimiento obsequian con azulejos, bandejas o placas de cerámica. Paseando por ambas ciudades podemos observar cómo la cerámica ocupa un lugar destacado en el entorno urbano a través de sus calles, en las viviendas, en los locales comerciales e incluso está muy presente en los establecimientos de restauración. 

Asimismo, nuestro patrimonio ha sabido traspasar fronteras viajando desde hace siglos hasta México, de la mano de una familia talaverana. Ellos instauraron allí este modo de vida sin saber que su oficio permanecería inalterable hasta la actualidad. Es por este motivo que las localidades de Puebla y Tlaxcala se unen en un expediente conjunto que culminó, hace ahora dos años, en diciembre de 2019, con la inclusión, por parte de la UNESCO de las técnicas artesanales en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

Cabe destacar que con este reconocimiento somos pioneros a nivel nacional y nos convertimos así en la primera técnica vinculada a la artesanía que ha sido reconocida por esta Organización Mundial en España. Igualmente, ha sido la primera vez que se ha alcanzado un reconocimiento binacional e intercontinental uniendo dos continentes a través de la técnica artesanal del barro. Dos países, dos continentes y cuatro localidades quedan así unidas en base a una manera artesanal de fabricar sus piezas de cerámica, y con el compromiso firme de elaborar medidas conjuntas que preserven y protejan las mismas.

Son múltiples los elementos inmateriales que giran en torno a esta técnica artesanal que durante tantos siglos ha permanecido inalterable. Podemos contar con un amplio abanico de términos del lenguaje que emplean los artesanos y que hacen referencia a aspectos muy concretos del manejo y buen hacer diario. Palabras como atifle (1) , pella (2) , cochura (3) , juaguete (4) ,… son específicas del oficio y curiosamente también se emplean al otro lado del Atlántico. 

Utensilios específicos que se pueden ver en la mayoría de los talleres artesanos como el uso de un rabo de conejo para limpiar las piezas una vez esmaltadas y repasadas las imperfecciones, sin dañarlas, o el uso de un papel especial como es el denominado ‘papel cristal’ que se utiliza para la elaboración de los estarcidos (o patrones) que se emplearán en la decoración de las piezas.  Observamos igualmente cómo crean sus propios punzones con la parte trasera de pinceles en desuso y un alfiler, o cómo cada artesano corta los pelos de los pinceles de perfilar para dejarlos con el grosor exacto que necesitan. Para crear la paleta de colores, los artesanos emplean diferentes óxidos que están calcinados y molidos y que se mezclan con base acuosa para conseguir los distintos degradados.

Las muñequillas de carboncillo, el uso de la caña para mantener el pulso mientras pintan y la decoración a mano de cada pieza, hace que estemos ante un elemento único e irrepetible, conferido por un carácter de exclusividad. Todo ello forma parte indiscutible de ese saber artesano, de esta técnica especial que en su conjunto conforma la parte inmaterial de un oficio que tan solo se puede aprender en los propios talleres, de la mano de los maestros artesanos. Ellos son, de forma indiscutible, los garantes del oficio y a ellos debemos apoyar y ayudar para que el relevo generacional, que hasta el momento se ha venido produciendo no desaparezca. 

Ahora es el momento de recuperar el orgullo por lo nuestro, por este patrimonio inmaterial que supone el oficio de la cerámica, que pone en valor nuestra historia, nuestras calles, nuestro lenguaje, nuestra memoria viva. Las técnicas artesanales vinculadas a la cerámica de Talavera de la Reina, El Puente del Arzobispo, en España, y Puebla y Tlaxcala, en México; tienen su pasado, vivimos su presente y a partir de ahora la comunidad portadora y las instituciones tienen el deber de asegurar la protección de su futuro a través de los Planes Especiales de Salvaguarda, en los que ya se está trabajando.

Te aninamos a visitar el Museo Ruiz de Luna y conocer de primera mano esta gran patriminio de nuestra región. 

•   (1) Atifle: Pieza de barro maciza cuya función es separar los objetos entre sí para evitar su contacto.
•   (2) Pella: Porción de barro sobre el que trabaja el alfarero en el torno.
•   (3) Cochura: Se refiere a las piezas que se cuecen de una vez. Es sinónimo de cocción.
•   (4) Juaguete: Pieza de barro cocido sin decorar, también conocida como bizcocho

Autor: Asociación Tierras de Cerámica 
Fotografía de Alberto Plaza.