LIBISOSA
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El yacimiento visitable de Libisosa fue un asentamiento humano con un horizonte crono-cultural que arranca en la Edad del Bronce y que da pie a un importante oppidum ibérico, que sería embrión de una importante colonia romana denominada Libisosa, para más tarde alojar un complejo defensivo religioso-militar tras la Reconquista, hasta su posterior abandono. Se encuentra muy próximo al municipio de Lezuza (Albacete), a 1.005 mts. de altitud; lo circunda un meandro formado por el río Lezuza al Este, Oeste y Norte, mientras que al Sur limita con el Vallejo de la Ermita.
La colonia romana de Libisosa mencionada por Plinio el Viejo y registrado por Ptolomeo, gozó de un emplazamiento privilegiado que presidía una encrucijada viaria fundamental en la Península Ibérica, y de un territorio que basaba su riqueza en el control de las rutas ganaderas, lo que la convirtió en un enclave de excepcional importancia en la Antigüedad, constituyendo en la actualidad el punto de referencia arqueológico, histórico y monumental. A lo largo del tiempo, algunos materiales hallados en el yacimiento, ubicado en el llamado “Cerro del Castillo” del municipio albaceteño de Lezuza, ayudan a perfilar la imagen de un notable conjunto romano.
La eminente vocación comercial del asentamiento queda, en lo oficial, definida por la fase intermedia ubicada entre la indígena oretana y la colonial, en la que gozó de la categoría de forum, y en lo material, en virtud de la existencia de una barriada artesanal con actividad predominante en el período ibérico final y que quedaría amortizada por la construcción de la Puerta Norte de la línea muraria romana tardorrepublicana, de 3 metros anchura y que englobaría cerca de 8 hectáreas de cerro, que caería en desuso coincidiendo con la fundación de la colonia con derecho itálico llevada a cabo en época del emperador Tiberio.
LIBISOSA
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